jueves, 30 de octubre de 2008

JUANA INÉS DE LA CRUZ: INUNDACIÓN CASTÁLIDA

REDONDILLAS

Favorecida y agasajada, teme su afecto
de parecer gratitud y no fuerza.

Señora, si la belleza
que en vos llego a contemplar,
es bastante a conquistar
la más inculta dureza,
¿por qué hacéis que el sacrificio
que debo a vuestra luz pura,
debiéndose a la hermosura,
se atribuya al beneficio?
Cuando es bien que glorias cante
de ser vos quien me ha rendido,
¿queréis que lo agradecido
se equivoque con lo amante?
Vuestro favor me condena
a otra especie de desdicha,
pues me quitáis con la dicha
el mérito de la pena;
si no es que dais a entender
que favor tan singular,
aunque se puede lograr,
no se puede merecer.
Con razón, pues la hermosura,
aun llegada a poseerse,
si llegara a merecerse,
dejara de ser ventura;
que estar un digno cuidado
con razón correspondido,
es premio de lo servido
y no dicha de lo amado,
que dicha se ha de llamar
sola la que, a mi entender,
ni se puede merecer
ni se pretende alcanzar,
ya que este favor excede
tanto a todos, al lograrse,
que no sólo no pagarse,
mas si agradecer se puede;
pues desde el dichoso día
que vuestra belleza vi,
tan del todo me rendí,
que no me quedó acción mía;
con lo cual, señora, muestro,
y a decir mi amor se atreve
que nadie pagaros debe
que vos honréis lo que es vuestro.

Bien sé que es atrevimiento,
pero el amor es testigo
que no sé lo que me digo
por saber lo que me siento.
Y en fin, perdonad por Dios,
señora, que os hable así,
que si yo estuviera en mí,
no estuvierais en mí vos.
Sólo quiero suplicaros
que de mí recibáis hoy,
no sólo el alma que os doy,
mas las que quisiera daros.

CRUZ, Juana Inés de la, Inundación Castálida, Sabat de Rivers, Georgina (ed. lit.), Madrid, Castalia, 1983, ISBN: 84-7039-311-1, pp.: 263-264-265.


RAQUEL OSBORNE: HACIA EL DIVORCIO

RAQUEL OSBORNE: HACIA EL DIVORCIO

INTRODUCCIÓN


Consideramos que este pequeño libro viene muy a colación en el momento actual de la vida política y social española; querámoslo o no, ciertas circunstancias personales, privadas diríamos –y ni de derechas ni de izquierdas por sí mismas-, se ven supeditadas a los vaivenes de lo político para su resolución. Tal es el caso del divorcio, tema que aquí hoy nos ocupa.
Una vez aprobada la Constitución, marco necesario pero siempre insuficiente, comienza una nueva etapa de desarrollo legislativo de los enunciados que allí se formulan, como es el caso del divorcio, disolución del matrimonio como algunos gustan de llamarle.
Para ello, gobierno, partidos, grupos feministas y asociaciones de separados-as ultiman sus respectivos proyectos y afilan sus armas dialécticas para dar la batalla den el momento en que el proyecto de la comisión de codificación del Ministerio de Justicia sea discutido en Las Cortes. Pero, ¿cuándo llegará ese momento? Nos tememos que las prioridades van a ser, por ahora, muy otras, -no la ha habido durante mucho tiempo- por subsanar las innúmeras y anómalas situaciones cotidianas de tanto matrimonio roto vivencialmente, pero no legalmente.
Desde algunos sectores se clama porque la línea matrimonio-familia va a ser cortada si se le añade el eslabón del divorcio, cuya implantación sería el comienzo de la disolución de las susodichas instituciones. Para otros, el divorcio no es mas que una pequeña reforma que, amén de reforzar la institución matrimonial, no guarda ninguna importancia en comparación con las cuestiones que realmente interesan hoy y hacia donde hay que ir: la desaparición del matrimonio y de la familia tal y como en la actualidad los conocemos. Entre ambas posiciones cabe toda la gama de matices y proposiciones que las mentes imaginarse puedan. Para unos, el problema es una mera cuestión jurídico-legislativa, para otros tiene grandes repercusiones sociológicas. Algunos grupos quieren plantearse el tema de una manera posibilista, atendiendo al “ara i aquí” hispano; otros no ven en estas posturas ningún viso de realización, y prefieren actuar al grito de “sé realista, pide lo imposible”.
Para que todas estas corrientes puedan hacer oír su voz, hemos citado en nuestro pequeño libro a los más diversos representantes de las diversas posturas, en tres bloques de información: por un lado, algunos grupos feministas que marcan distintas opiniones dentro del movimiento de mujeres; en segundo lugar, por medio de mujeres que han destacado por su interés y dedicación ante los temas de su propio sexo, apartado en el que se incluye la aportación de un portavoz de la Iglesia; y por último hemos querido exponer una muestra de algunos proyectos de ley de partidos, grupos feministas y asociaciones de separados-as, dado que, la base de los mismos –al menos en la esfera parlamentaria- serán los diversos proyectos que se representen en las Cortes.
Creemos pues que hemos recogido un amplio panorama de posturas acerca del tema, y pretendemos, con esta modesta aportación en forma de libro, contribuir a la creación de un necesario debate que concierne hoy, ya, a los hombres y mujeres de la sociedad española.
Raquel Osborne

OSBORNE, Raquel y RECIO, Juan Luis, Hacia el divorcio, Madrid, Taller de Sociología Ediciones, 1979, ISBN: 84-85390-04-0, pp.: 3 y 4.
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LA CONSTRUCCIÓN SEXUAL DE LA REALIDAD. UN DEBATE EN LA SOCIOLOGÍA CONTEMPORÁNEA DE LA MUJER
Lo que nos interesa resaltar en el presente capítulo es el énfasis en las diferencias intergénericas propugnado por cierto discurso feminista, frente al acento en la igualdad defendido por un feminismo de cuño más ilustrado. Pretendemos mostrar la forma en que, a través de la mayoría de sus planteamientos e implicaciones, el diferencialismo feminista aquí analizado conduce a unos resultados que no parecen favorecer la causa de las mujeres que, con toda seguridad, apoya. (79)

(…)

¿Sobre qué bases se estructura la familia tradicional? La baza principal de las mujeres ha sido la de no conceder sus favores sexuales sino en el matrimonio. Se ligaba así el sexo y la reproducción a esta institución y se aseguraba la manutención por parte del varón para ella y su prole. En una sociedad en la cual las mujeres no gozaban de independencia económica ni, por supuesto, de libertad sexual, su único poder consistía en ser avaras con su sexo. Una vez casadas, el intercambio se basaba en sexo y sumisión por parte de la mujer a cambio de una seguridad económica y un estatus social. Esto lo sabe muy bien la derecha por la simple razón de que cualquier cambio, o simplemente expectativa de cambio, en este esquema, supone un atentado a la familia patriarcal. (220-221)


OSBORNE, Raquel, La construcción sexual de la realidad. Un debate en la sociología contemporánea de la mujer, Madrid, Cátedra, Col. Feminismo, núm. 14, 2002, ISBN: 84-376-1213-6, 323 pp., pags. 79 y 220-1.

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PROCESOS EN TORNO A LA RELIGIÓN: PRESENTE Y FUTURO


Como ya hemos indicado al principio de este prólogo, en la prensa diaria podemos comprobar día a día la pluralidad de cuestiones que giran alrededor de los temas incluidos en esta Selección de textos –y de otros que no hemos podido recoger- y que señalan a este campo de análisis como de apasionante actualidad. En consecuencia, la parte final de esta antología incluye un dossier de prensa, que aporta datos sobre la actualidad del fenómeno de la religión en España en un contexto de globalización y abre la mirada hacia algunos de los conflictos recientes en torno a dicho fenómeno.
(…)
De hecho, la información seleccionada, no realizada por otra parte de una forma sistematizada ni atendiendo a una pluralidad de medios, pues nunca fue ésa nuestra intención, conecta de forma muy clara con los aspectos que, desde sus orígenes, la Sociología desarrolló en torno a la religión por parte de los clásicos, y en los que los sociólogos de la religión españoles profundizaron sobre todo a partir de los años 90 del siglo pasado. Se cierra así un círculo abierto con la Ilustración, y que promete dar todavía mucho juego.
A partir de esas fechas, la producción científica en torno a la sociología de la religión –frente a la sociología “religiosa” anterior de la que hablan algunos y que no resultaba muy “científica”-, el corpus de la materia, no ha hecho sino aumentar; alcanzando una entidad y unos niveles de calidad notables. Por ello, si bien todos los textos que aparecen aquí merecen estar; muchos otros se han quedado fuera por falta de espacio o por no hallarse disponibles para su reproducción. Se han agrupado las lecturas por temas en los que la producción intelectual resulta ya densa y que opinamos son del mayor interés y actualidad para cualquier estudiante o profesional a quien interese la sociología de la religión, siempre en proceso de renovación. Algunos de los libros de donde se extraen los textos, la bibliografía citada en muchos de los trabajos y algunas de las revistas de donde se han entresacado los artículos, números monográficos en algunos casos en torno a la religión, proporcionan una abundante bibliografía que podrá ayudar a aquellos interesados en seguir profundizando en estos temas.

Raquel Osborne y Jordi M. Monferrer

ORBORNE, Raquel y MONFERRER, Jordi M. (dirs.), Procesos en torno a la religión: presente y futuro. Selección de textos, Madrid, UNED, 2005, ISBN: 84-362-5152-O, 348 pp., págs.: 13 y 14.

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REVISTAS:
“Creo que estamos de enhorabuena al poder presentar este número monográfico de la revista Empiria. Los estudios de las mujeres –los women´s studies- comenzaron a establecerse en las universidades anglosajonas en los años setenta y a consolidarse en los años ochenta, extendiéndose como una mancha de aceite en todos los curricula universitarios. En España nuestro secular atraso, unido a la concienzuda labor del franquismo, dificultó su arribada en tiempo y forma, que se inició, no obstante, a finales de los años setenta: en el año 2004 se conmemoró en la Universidad Autónoma de Madrid el 25 aniversario de la creación por parte de, entre otras profesoras, María Ángeles Durán, del primer Seminario de Estudios de la Mujer, hoy reconvertido, como tantos otros en las universidades españolas, en Instituto universitario”.

Así comienza la presentación que escribe Raquel Osborne en el Nº 15 de la revista EMPIRIA.

ARTÍCULOS


-Algunas advertencias sobre la práctica de la sociología feminista en la escena pública Judith Stacey

-En la cocina de las políticas de igualdad; ¿qué ingredientes agregar a las nuevas recetas? Carme Adán

-El trabajo y el cuidado: cuestiones teórico-metodológicas desde la perspectiva de género Teresa Torns

-Investigación empírica y teoría feminista en los estudios familiares en el mundo anglosajón: una síntesis extramuros Sara Barrón

-De la ‘violencia’ (de género) a las ‘cifras de la violencia’: una cuestión política Raquel Osborne

-El estímulo de la duda María Ángeles Durán

TEXTO CLÁSICO

La evolución del concepto de género: selección de textos de S. de Beauvoir, K. Millet, G. Rubin y J. Butler (Selección y presentación: R. Osborne y C. Molina Petit)



OSBORNE, Raquel (2008): “Presentación” en Empiria. Revista de Metodología de Ciencias Sociales, nº 15, enero-junio, ISSN 1139-5737. Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, Departamento de Sociología I. Teoría. Metodología y Cambio Social.

MIGUEL DE CERVANTES: EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA

-No vengo, ¡oh Ambrosio!, a ninguna cosa de las que has dicho, respondió Marcela, sino a volver por mí misma, y a dar a entender cuán fuera de razón van todos aquellos que de sus penas y de la muerte de Crisóstomo me culpan; y así, ruego a todos los que aquí estáis, me estéis atentos, que no será menester mucho tiempo ni gastar muchas palabras para persuadir una verdad a los discretos. Hízome el cielo, según vosotros decís, hermosa y de tal manera, que, sin ser poderosos a otra cosa, a que me améis os mueve mi hermosura; y, aun queréis que esté yo obligada a amaros. Yo conozco, con el natural entendimiento que Dios me ha dado, que todo lo hermoso es amable; mas no alcanzo que por razón de ser amado esté obligado lo que es amado por hermoso, a amar a quien le ama. Y más, que podría acontecer que el amador de lo hermoso fuera feo, y siendo lo feo digno de ser aborrecido, cae muy mal el decir: “Quiérote por hermosa, hasme de amar aunque sea feo”. Pero puesto caso que corran igualmente las hermosuras, no por eso han de correr iguales los deseos, que no todas hermosuras enamoran, que algunas alegran la vida y no rinden la voluntad. Que si todas las bellezas enamorasen y rindiesen, sería un andar las voluntades confusas y descaminadas, sin saber en cual habrían de parar; porque, siendo infinitos los sujetos hermosos, infinitos habían de ser los deseos; y según yo he oído decir, el verdadero amor no se divide, y ha de ser voluntario y no forzoso. Siendo esto así, como yo creo que lo es, ¿por qué queréis que rinda mi voluntad por fuerza, obligada no más de que decís que me queréis bien? Si no, decidme: ¿si como el cielo me hizo hermosa, me hiciera fea, fuera justo que me quejara de vosotros porque no me amábades? Cuanto más que habéis de considerar que yo no escogí la hermosura que tengo, que, tal cual es, el cielo me la dio de gracia, sin yo pedilla ni escogella. Y así como la víbora no merece ser culpada por la ponzoña que tiene, puesto que con ella mata, por habérsela dado naturaleza, tampoco yo merezco ser reprendida por ser hermosa, que la hermosura en la mujer honesta es como el fuego apartado o como la espada aguda, que ni él quema ni ella corta a quien a ellos no se acerca. La honra y las virtudes son adornos del alma, sin las cuales el cuerpo, aunque lo sea, no debe de parecer hermoso. Pues si la honestidad es una de las virtudes que al cuerpo y al alma más adornan y hermosean, ¿por qué la ha de perder la que es amada por hermosa, por corresponder a la intención de aquel que por sólo su gusto con todas sus fuerzas e industrias procura que la pierda? Yo nací libre, y para poder vivir libre, escogí la soledad de los campos. Los árboles destas montañas son mi compañía, las claras aguas destos arroyos mis espejos, con los árboles y con las aguas comunico mis pensamientos y hermosura. Fuego soy apartado, y espada puesta lejos. A los que he enamorado con la vista, he desengañado con las palabras. Y si los deseos se sustentan con esperanzas, no habiendo yo dado alguna a Crisóstomo, ni a otro alguno, en fin de ninguno dellos bien se puede decir que antes le mató su porfía que mi crueldad. Y si se me hace cargo que eran honestos sus pensamientos, y que por esto estaba obligada a corresponder a ellos, digo que cuando en este mismo lugar donde ahora se cava su sepultura me descubrió la bondad de su intención, le dije yo que la mía era vivir en perpetua soledad, y de que sola la tierra gozase el fruto de mi recogimiento y los despojos de mi hermosura; y si él, con todo este desengaño, quiso porfiar contra la esperanza y navegar contra el viento, ¿qué mucho que se anegase en la mitad del golfo de su desatino? Si yo le entretuviera, fuera falsa; si le contestara, hiciera contra mi mejor intención y prosupuesto. Porfió desengañado, desesperó sin ser aborrecido; mirad ahora si será razón que de su pena se me dé a mí la culpa. Quéjese el engañado, desespérese aquel a quien le faltaron las prometidas esperanzas, confíese el que yo llamare, ufánese el que yo admitiere; pero no me llame cruel ni homicida aquel a quien yo no prometo, engaño, llamo ni admito. El cielo aun hasta ahora no ha querido que yo ame por destino; y el pensar que tengo de amar por elección, es excusado. Este general desengaño sirva a cada uno de los que me solicitan, de su particular provecho; y entiéndase de aquí adelante que si alguno por mí muriere no muere de celoso ni desdichado, porque “quien a nadie quiere a ninguno debe dar celos”, que los desengaños no se han de tomar en cuenta de desdenes. El que me llama fiera y basilisco déjeme como cosa perjudicial y mala; el que me llama ingrata no me sirva; el que desconocida, no me conozca; quien cruel, no me siga; que esta fiera, este basilisco, esta ingrata, esta cruel y esta desconocida, ni los buscará, servirá, conocerá ni seguirá en ninguna manera. Que si a Crisóstomo mató su impaciencia y arrojado deseo, ¿por qué se ha de culpar mi honesto proceder y recato? Si yo conservo mi limpieza con la compañía de los árboles, ¿por qué ha de querer que la pierda el que quiere que la tenga con los hombres? Yo, como sabéis, tengo riquezas propias y no codicio las ajenas. Tengo libre condición, y no gusto de sujetarme; ni quiero ni aborrezco a nadie; no engaño a éste, ni solicito a aquél, ni burlo con uno, ni me entretengo con el otro. La conversación honesta de las zagalas destas aldeas y el cuidado de mis cabras me entretiene. Tienen mis deseos por término estas montañas, y si de aquí salen, es a contemplar la hermosura del cielo, pasos con que camina el alma a su morada primera.
Y en diciendo esto, sin querer oír respuesta alguna, volvió las espaldas, y se entró por lo más cerrado de un monte que allí cerca estaba, dejando admirados, tanto de su discreción como de su hermosura, a todos los que allí estaban.


CERVANTES SAAVEDRA, Miguel de, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, edición IV centenario, Astrana Marín, Luis (pr.), Madrid, Ediciones Castilla, 1967, LII+1986 pp., págs.: 103-105.