CARTAS AL DIRECTOR
Rescate sí, rescate no
Asistimos a un goteo continuo de noticias
contradictorias sobre las negociaciones entre nuestro Gobierno y la UE. No tenemos que pedir el
rescate, dice el Gobierno, ya se verá. Sí tienen que pedirlo, dicen los que lo
pueden dar, de hecho, ya está en marcha. Ahora resulta que es un rescate
“virtual”. Está disponible para cuando lo pidamos, pero lo que no sabemos es qué
sacrificios más nos van a exigir. Continuamente se produce esa afirmación y su
desmentido.
Quiero recordar el caso de Grecia: a principios
de 2012 discutieron si le daban o no el segundo rescate y, cuando ya parecía
que harían salir al país de la UE ,
en febrero decidieron aplazarlo hasta después de las elecciones de abril; que
tuvieron que repetirse en mayo. Después la UE y el FMI impusieron la presencia de la troika
y despojaron de su soberanía a Grecia, al tiempo que continuaban declarando que
Grecia saldría del euro si no se aprobaban las medidas de “ahogo” que le
imponían sus “acreedores” (Gracias a J.J. Millás por su artículo Deuda
odiosa del 12 de
octubre). Hace dos días leemos: “La
UE aumenta en dos años el plazo para que Grecia pueda sanear
sus finanzas”, pero enseguida añaden que quedan cuestiones pendientes para
cerrar el acuerdo. Por su parte, Hollande afirma que la presencia de Grecia en
la zona euro es algo que ya no se cuestiona. ¿Por qué ahora ya no?
Esta falta de transparencia, este decir sí y
acto seguido decir no, revela la existencia de luchas subyacentes económicas y
políticas con personajes reales que son quienes operan en los mercados y en las
decisiones políticas; y no se produce por los virajes de unas estructuras que
parecen tener vida propia y que no podemos controlar lo suficiente, por lo que
tenemos que aceptar la situación, ya que no hay otra salida. Esta es la estrategia
del miedo y de la resignación que, en teoría, es incompatible con la
democracia.— Asunción Oliva Portolés.