domingo, 7 de diciembre de 2008

ROSA CHACEL: CIENCIAS NATURALES

Prohibido rasgar un fósforo en cubierta; una orden lacónica y trivial, pero forzosa. Se prohíbe y, por la simple orden, se posesiona del barco la oscuridad. Haber navegado unas cuantas veces da algo que puede afincarse en la mente como hábito dilecto, como una certeza de ser navegante, de haber vivido los modos habituales del marinero: el más genuino, la pipa. ¿Cómo sentirse marinero sin poder encender la pipa en cubierta? La presencia de la oscuridad intrusa, anuladora de la contemplación, competidora de la dimensión suprema…

(…)

Al despertar, la santa protectora, cumpliendo órdenes lleva el cojín, la píldora somnífera –rechazada-, aceptada a la fuerza por si acaso… Despedida al fin, adiós a la amistad femenina… No es femenino el abrazo, es rudo, axial como el masculino. El adiós femenino –confidencia o abrazo, juego de “Bilitis”- queda en su asentimiento vital, de lo más serio de la vida; las zonas habitadas por la fe –confianza- y la piedad. Separación, trasunto de la muerte en la amistad, y valor compartido… Entregado como el cojín de seda y el consejo –casi mandato- ¡duerme!, olvida el peligro y soporta la tardanza, la lentitud, piensa en lo remoto de ti misma, en el que este amor –amores- a que vas a entregarte es tan remoto en ti que sigue siendo y va a seguir… Duerme, sin distraerte por pequeñas molestias. Duerme hasta que hayan pasado las doce horas y oigas, de pronto, una voz gatuna, ¡señoras, señores!... tomaremos tierra en el aeropuerto de Barajas, MADRID.

CHACEL, Rosa, Ciencias naturales, Barcelona, Seix Barral, 1988, ISBN: 84-322-0588-5, 235 pp., págs.: 7 y 235.

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