Comenzaba á amanecer, pero las primeras y vagas luces del alba á duras penas lograban colarse por las tortuosas curvas de la calle de los Castros, cuando el señor Rosendo, el barquillero que disfrutaba de más parroquia y popularidad en Marineda, se asomó, abriéndose a bostezos, á la puerta de su mezquino cuarto bajo.
(…) Del grupo más compacto, del pelotón más resuelto y numeroso, que tal vez se componía de veinte ó treinta mujeres juntas, salieron algunas voces gritando:
-¡Viva la república federal!
PARDO BAZÁN, Emilia; La Tribuna, Madrid, s/e., s/d., O.C tomo VIII, pp.: 12 y 322.
(…) Del grupo más compacto, del pelotón más resuelto y numeroso, que tal vez se componía de veinte ó treinta mujeres juntas, salieron algunas voces gritando:
-¡Viva la república federal!
PARDO BAZÁN, Emilia; La Tribuna, Madrid, s/e., s/d., O.C tomo VIII, pp.: 12 y 322.
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